Qué has aprendido de tus relaciones?

Las relaciones difíciles por lo general nos dejan sufrimiento, desesperanza y un equipaje pesado que cargamos por muchos tiempo sin siquiera darnos cuenta. Es importante que valores cada relación, sabiendo que ellos, quienes te “hicieron la vida difícil” son los mejores maestros que puedes tener.

Mi mamá es muy criticona.

Mi esposo no me escucha.

Mi maestro no sabe nada.

Mi hermano está equivocado.

Estas son algunas quejas que tenemos, ya sea mentalmente o en voz alta, sobre las personas con quienes nos relacionamos.

Y todos hemos vivido eso, todos hemos juzgado a alguien y hemos enfatizado nuestro disgusto, haciendo ver a la otra persona como el antagonista de nuestra historia, y efectivamente sí lo es. 

Cada persona en nuestra vida es el antagonista de esa relación, porque a eso ha venido, por eso se ha cruzado en nuestro camino, porque ese es el papel que está representando en esta obra teatral llamada vida terrenal, y déjame decirte que tú también eres el antagonista en la vida de alguien más.

Es necesario entender que cada humano antes de encarnar, escogió vivir experiencias con cada persona con quién se  relacionaría,  sabiendo que de esas experiencias surgiría una lección de vida muy importante.

Ninguna persona en nuestra vida ha llegado por casualidad. Algunos se quedan por un tiempo corto, otros por más tiempo o hasta el fin de nuestra existencia terrenal, pero cada persona sin importar la historia o el tiempo compartido, tiene una misión especial, y esa misión puede ser darte una lección difícil o vivir a tu lado por el tiempo que lo necesites. Tu tarea es darte cuenta de la lección y aprenderla, para no tener que volverla a repetir más adelante, en tu vida presente o en la siguiente vida.

Sin embargo, la mayoría de los humanos, por no decir que todos, escogemos el sufrimiento sin darnos cuenta. Aunque todos siempre queremos estar felices, generalmente nos empeñamos en destruir esa felicidad, desarrollando sentimientos de ira, frustración y preocupación, y escogiendo pensamientos e intenciones negativas que nos llevan a acciones negativas y resultados aún menos agradables , afectando así nuestras relaciones tanto con los demás como con nosotros mismos.

Entonces es momento de preguntarte: Qué he aprendido de mis relaciones? 

Recuerda que si estás en esa relación es por una razón poderosa. Siempre ten presente que cada persona que pasa por tu vida es un maestro, y tu tarea es aprender de ellos.

Entonces, lo que sigue es hacerte una pregunta sencilla: Qué me está mostrando esta persona?

Piensa en los problemas que tienes con ella o las cosas que te molestan de ella. De ese análisis saldrá la enseñanza.

Hace unos años estando en un retiro espiritual de una semana, conocí a una persona muy agradable. Nos habíamos sentado juntas en la primera  conferencia que tuvimos y desde entonces, no nos separamos por los siguientes 3 días. Yo estaba feliz de haber encontrado a alguien con quien tuve afinidad desde el primer momento, sin embargo, a medida que fue pasando el tiempo, mi relación con ella se tornó oscura y comencé a sentirme asfixiada, hasta el punto de tener que tomar la decisión de alejarme de ella. Cuando le conté la situación a otra amiga que conocí también allí, me hizo caer en cuenta de algo diciendo: tal vez lo que ves en ella es solo el reflejo de lo que tú eres o lo que tú necesitas mejorar de ti misma. 

Obviamente al comienzo lo negué y me negué a mí misma ese hecho, sin embargo con el tiempo descubrí que mi amiga estaba en lo cierto y que debía corregirlo.

Entonces, aquí viene la primera enseñanza: 

Eso que tanto te molesta de alguien más, es el reflejo de eso que debes mejorar en ti .

Ahora volvamos a las quejas del comienzo.

  • Mi mamá es muy criticona.

Piensa que en principio, tú estás criticando a tu mamá por ser criticona. Creo que la enseñanza aquí se cae de su peso.

  • Mi esposo no me escucha.

Piensa si tú estás haciendo lo mismo con alguien más. Tal vez él se ha cansado de no ser escuchado por ti y en respuesta, de manera inconsciente tal vez, está haciendo lo mismo.

  • Mi maestro no sabe nada.

En primer lugar, tú eres el estudiante, así que es obvio que quieres aprender algo que no sabes, y aún no te has dado la oportunidad de que te muestre lo que realmente necesitas aprender de él.  Aunque el tema no sea de tu interés,  siempre habrá algo qué aprender, hasta el maestro más sabio aprende de su discípulo.

  • Mi hermano está equivocado.

Tal vez el equivocado eres tú. Recuerda que si alguien piensa diferente, no significa que esté equivocado. Si eso es algo que te molesta, es momento de bajar las armas y aceptar que hay una gama muy grande de colores entre el blanco y el negro, y que no solo hay una escala de matices grises.

Como ves, cuando piensas que eso que tanto te molesta de otros es tu propio reflejo, ya la perspectiva que tienes de esa persona cambia. Tal vez la siguiente vez que te encuentres en esa situación con esa persona, no te va a parecer tan marcado ese defecto, al contrario, será una buena oportunidad para probar tu capacidad de compasión, aceptación y entendimiento, sabiendo que tú literalmente, estás en sus mismo zapatos.

Entonces, lo que antes tanto te molestaba de otros,  se convierte en una oportunidad de Apreciación.

En vez de ver los puntos negativos en esa relación, qué tal si escoges ver lo positivo?

Y… cómo ver lo positivo en alguien con quien es imposible hablar o convivir? 

Aún en los peores escenarios, por ejemplo cuando la relación termina muy mal, siempre hay algo positivo.

Para esto, puedes hacerte preguntas como:

  • Qué me trajo esta persona? 
  • Me ayudó a sacar lo mejor o lo peor en mi?
  • Qué cosas aportó a mi vida mientras duró la relación?
  • Cómo podría haber actuado para que la relación mejorara?
Aunque este análisis no pretende hacerte ver que debes permanecer en una relación que no es sana, de la misma es necesario que analices tu comportamiento frente a la situación, ya sea que aún estés en la relación o no.

Fíjate que cuando la relación se convierte en tóxica, cuando hay maltrato verbal o físico, es allí cuando nos probamos a nosotros mismos. Piensa hasta dónde fuiste capaz de llegar cuando estuviste en esa situación tan desafiante. Cuál fue tu reacción? Cuál fue tu actitud frente a la situación? Te defendiste o atacaste? Fuiste pasivo o agresivo?

Así sabras cuáles son tus fortalezas y debilidades, así sabras qué cosas mejoraste, qué cosas aún necesitas fortalecer o  mejorar y qué cosas definitivamente debes evitar. Sabiendo cuáles son tus disparadores de la ira y la agresividad, podrás controlar tus impulsos y comenzar a actuar desde una perspectiva de entendimiento, sin llegar a doblegarte ni entregar tu poder hasta el punto de quebrantar la regla del amor propio. Desde este panorama, sabrás que todo lo que ocurrió, tenía como finalidad ayudarte.

Al final, seguramente el “antagonista” de tu historia terminará siendo el héroe, porque te darás cuenta de que gracias a él, hiciste lo posible e imposible por mejorar.

Lo que debería quedar después de una relación que termina, es el agradecimiento. Alguien que deja ver su lado más oscuro solo para darle a alguien más una lección de vida,  merece reconocimiento, porque lo que logra con ello es llevarte a encontrar una versión mejorada de ti mismo.

Recuerda que...

Tu trabajo en una relación conflictiva o tóxica no es es cambiar a esa persona con quien te relacionas.  Muchas personas entran en una relación tóxica y continúan en ella con la esperanza de que su pareja cambie y, con espíritu de salvador/a, intentan salvarlo/a de su desgracia o destino, tratando de que éste/a cambie. La cuestión aquí es que al final te das cuenta de que quien tiene que cambiar no es él/ella sino tú. 

Tu trabajo en las relaciones difíciles, sean relaciones románticas, familiares, de amistad o laborales, es aprender tolerancia, compasión, paciencia y todas esas virtudes que nos llevan a evolucionar como humanos. Estas relaciones difíciles también nos ponen a prueba para que aprendamos a valorarnos y valorar el trabajo de aquellos con quienes compartimos la vida.

 

Pilar B.

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Pilar Boswell

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